Como sobrevivir a las agresiones verbales de un verano en familia

agosto

14

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Sobrevivir a un verano en familia, sin que afecte a tu autoestima, o sin enfadarte, puede parecer una tarea imposible.

Las vacaciones de verano pueden ser una experiencia maravillosa o una tortura. Sobre todo si tienes que pasarla con tu familia. Y no me refiero a tu círculo cercano (padres e hijos), sino a los “agregados».

Los agregados es aquella parte de tu familia que no es directa, o sea, cuñados, suegros, etc., especialmente cuando son de la rama familiar de tu pareja. Por que claro, cuando son de tu parte, «son menos agregados…»

Y es que, como escuché una vez, “los amigos son ese regalo que te ha enviado Dios para compensarte por la familia». Sí, a los amigos los eliges tú, a la familia no.

Los amigos son ese regalo que te ha enviado Dios para compensarte por la familia.

Cuando te cansas de una amistad, simplemente dejas de verla. Así de sencillo. A la familia, cuando menos te lo esperas, te la vuelves a encontrar: comida familiar que ha planeado alguien, el cumpleaños de la abuela que cumple 90 años, una comunión, o incluso unas vacaciones “familiares»

Así que, si no tenías suficiente con juntarte un solo día, ahora lo tienes que hacer 1 semana o 15 días con suerte.

¿Pero puedes sobrevivir a unas vacaciones familiares sin enfadarte?

Por mucho que quieras, no podrás librarte de tu familia

Me viene a la cabeza las personas que hablan de las personas “ tóxicas»,  y que sugieren que te alejes de ellas. Y estoy de acuerdo, pero ¿que pasa con la familia? Te la vas a encontrar tarde o temprano, sí o sí. Así que aunque pretendas no estar cerca dellos, siempre vuelven, como los recuerdos.

En estas reuniones familiares te encuentras de todo. Desde quien presume de tener un trabajo estupendo, cuando realmente está deseando cambiar de organización, al que no para de meterse con el aspecto físico de los demás: “parece que has engordado«,”con ese peinado pareces un… (animal a elegir, preferiblemente exótico)«.

También aparece quien ataca tu actitud: “es que no te mueves…”, “¿No piensas hacer nada estas vacaciones?”, etc.

Dardos envenenados que tendrás que esquivar. Aunque si estás pendiente de cada agresión verbal y del motivo por el cual lo hacen, puede resultar hasta divertido escucharlas.

Aspectos a tener para un verano familiar

Hay determinados factores que van a afectar mucho  a tu estado emocional (y al del resto de familiares), así que si tratas de mejorarlos, lograrás un mejor ambiente. Aunque a veces esto no será posible.

Poco espacio

En fin, si ya es difícil convivir un día o el tiempo de una simple cena, imagina varios días. Además, junto a personas que se empeñan en reunirse en una misma casa todos. Donde habitualmente viven 5 hay 12 personas. ¿pero como no va a haber conflictos?

Espacio
Espacio

¿Cómo te sientes al entrar a un ascensor lleno de gente? Tal vez incomodidad durante unos segundos, que parecen una eternidad. Pues imagínate varios días así… ¡Claro que habrá conflictos!

No vas a hacer todo lo que quieras

Cuanto antes te mentalices de esta frase mejor. La familia, al igual que el trabajo, tiene jerarquías. Hay personas que tienen más poder que otras, y no necesariamente tiene que ser el jefe.

Jerarquia
Jerarquía

Por ejemplo, tu suegra manda más que tú. Sí, es como el jefe «oculto» en tu organización. Se te puede ocurrir un plan fantástico, pero si no le gusta a tu suegra, … la tendrás en contra, además de a tu pareja y a tu suegro. 3 a 1 en contra es un mal comienzo para intentar convencer a los demás…

Así que tu primer objetivo es tratar de «agradar» a tu suegra, o por lo menos, no enfadarla nada más llegar.

Todo pasará

Salida
Salida

Una vez que se tomó la decisión de pasar las vacaciones en familia (tu pareja o tú), piensa que algún día terminarán

Tener claro que es un periodo que «tiene fin», hará que no te agobies tanto por cualquier situación incómoda. La vida no es de color de rosa, y las vacaciones con la familia son grises (tirando a oscuro en algunos casos…)

La llegada es importante…así que toma aire.

Imagina la siguiente historia. Piensa en tí como protagonista y anota si quieres los sentimientos que te provocan.

Acabas de llegar. Aunque te prometiste que este año no repetirías las vacaciones con tu familia, no sabes como, pero de nuevo estas allí con todos.

Tu suegra te ve llegar y sale corriendo a dar un gran abrazo…a tu pareja. Pasa a tu lado, como si fueses invisible. Tanto que pregunta a tu pareja cómo te encuentras tú. Ni te dirige la palabra. Piensas, «estas vacaciones van a ser largas…»

Comienzas a sacar las maletas del coche, mientras tu pareja se dedica a saludar a «sus familiares».

Entonces llega Pedro, el hijo del famoso Tío Luis. No sabes porque le llaman así, porque no es tío ni de tu pareja ni de nadie. Pero siempre está allí, en las reuniones familiares, con sus chistes malos y sobre todo, metiéndose con la gente. No puedes con ninguno de los dos, el hijo es igual que su padre.

– Hola, hace mucho que no te veía – comienza Pedro diciendo – Como pasa el tiempo, …más por ti que por mi parece…

Te preguntas como una persona con aspecto tan desaliñado, barba de tres días; barriga cervecera y camisa con unos flamencos gigantes, es capaz de decirte eso nada más llegar sin ponerse colorado. Cuando estás a punto de contestar aparece tu pareja.

– Cariño, ¿Has saludado ya a la tía Luisa?

Tu piensas “No, y no tengo ni ganas»…

– Vamos, dame un abrazo que pareces que no has dormido hoy…- te grita la Tía Luisa.

Tú piensas, «es que no he dormido, me levanté a las 4.00 de la mañana para llegar aquí pronto, y he conducido todo el camino».

Sin tiempo de reponerte aparece tu cuñado.

– ¿Has visto que coche me he comprado? – te pregunta sin esperar respuesta- Vaya, ya veo que tu sigues con el mismo. Supongo que tu trabajo ira igual de mal que siempre ¿no?.

Tragas saliva para no responder lo que pasa por tu cabeza esos momentos. Tu pareja que detecta tu cara de enfado se acerca a tí y te susurra en el oído mientras sonríe…

– Si le contestas y provocas una pelea, olvídate de la semana en la montaña que íbamos a pasar juntos.

Piensas que todo el mundo parece estar hoy en tu contra. Si tuviesen perro, seguro que también te ladraría. Decides salir de allí con cualquier excusa, así que comentas que debes acercarte a realizar alguna compra. Cualquier cosa con tal de salir de allí.

Te diriges a la primera terraza de bar que encuentras para pedir algo fresco. Hace un calor terrible y estás sudando. Solo quieres algo de paz y tranquilidad. Te sientes y se acerca el camarero.

– ¿Que vas a tomar? – pregunta rápido mientras limpia tu mesa.

– Pues… no sé…

Sin dejarte termina la frase te dice:

– Pues yo no tengo todo el día, así que cuando se decida vuelvo.

Mientras se aleja piensas «¿pero que le ocurre a la gente hoy?» Sin tiempo de reacción parecen tus dos sobrinas corriendo hacia tí.

– ¡Hola!, ¿es cierto que te has tenido que comprar ropa nueva porque has engordado? – pregunta una de ellas.

– ¿Quién te ha dicho? – respondes sorprendido y molesto.

-El tío Luis- contestan «a coro» tus sobrinas.

Te quedas pensando que van a ser unos días muy largos…..

(Aprovecho para aclarar que esta historia no es autobiográfica,…por si lo lee mi mujer… o mi suegra… o mi Tío Luis…)

Analiza cualquier situación

Todo ha ocurrido muy rápido, sin tiempo apenas de que pudieses reaccionar. Sin embargo, después de cada situación de este tipo, existe un gran aprendizaje.  Analiza la historia anterior

  • ¿Te suena alguna de estas situaciones?
  • ¿Ves reflejados los comportamientos de alguna persona conocida?
  • ¿Te has sentido alguna vez así?

Siempre puedes aprender algo de las agresiones verbales, y además, de paso, librarte del sentimiento de culpa que te dejan.

Te propongo que contestes a las siguientes preguntas para empezar. Mejor si es por escrito.

¿Quién te agrede verbalmente?

¿Cómo realiza la agresión verbal? ¿Qué tipo es (amenaza, insulto, menosprecio, etc.)?

Al analizar las agresiones verbales nos quedamos habitualmente en estas dos preguntas. Pocas veces nos preguntamos el «porqué». Esta última pregunta es muy poderosa, porque pone el «foco» en la razón por la cual ocurre la agresión. O sea, te quita del centro del «problema», y coloca el motivo por el cual el agresor actúa así, como elemento principal.

En otras palabras, resta importancia a «lo que se ha dicho de tí», para centrarte en el «problema real del agresor». Dejas de verte como víctima para buscar cual es el problema que tiene el agresor para haberse comportado así.

¿Por qué lo hace? ¿Cuál crees que es el motivo de su comportamiento?

Interesante, ¿verdad?.  Queda aún otra pregunta más. Quizás una de las más importantes, ya que tu respuesta te ayudará a ver al agresor como víctima. Sí, lo que oyes, «el mundo al revés».

¿Cuál es el objetivo “real” del agresor? ¿Qué es lo que busca que ocurra el agresor con su comportamiento?


¿Respondiste a todas las preguntas? Anota tus respuestas en un papel,  bloc de notas de tu teléfono móvil, en cualquier sitio y guárdalas.

Las necesitarás para comprobar si tus respuestas se acercan a la realidad. Porque tal vez, veas la realidad con unas «gafas distintas» que no te permitan ver todo con claridad.

Pero para ello, tendrás que esperar a la siguiente entrada del blog.

Acerca del autor, Patxi Martín

Ingeniero con alma de Psicólogo.
Te ayudo a comunicarte para conectar con las personas y a aprender de forma autónoma y efectiva.
Autor best seller y Conferencista. Fundador de Sherpa Emocional.
En constante aprendizaje. Convencido de que la educación emocional cambiará el mundo.

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