Como mantener la distancia en las agresiones verbales

agosto

18

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Cómo mantener la distancia en las agresiones verbales, respecto de tu agresor, es algo que debería enseñarse en la escuela. Este simple conocimiento te permite afrontarlas de forma más tranquila.

Si hay algo que te puede llegar a incomodar es tener a una persona literalmente “pegada” a ti. Esa sensación que tienes de que la otra persona está invadiendo tu espacio, hace que trates de retroceder y separarte de ella.

Esa “distancia de seguridad” que tratas de mantener con la otra persona, es la diferencia entre estar en calma o entrar en modo de estrés. Y como ya comenté en alguna otra entrada, en modo de estrés, tu respuesta será siempre mala.

¿Quieres descubrir como controlar el espacio durante una agresión verbal?

Controlando la distancia. El espacio vital

Cada persona tiene un espacio vital. Una distancia a su alrededor, en la cual no le gusta que nadie entre en ella. Es aquella distancia a la cual, no quieres que nadie se te acerque.

¿Recuerdas algún momento cuando has estado con muchas personas en un espacio reducido? Puede ser una reunión de trabajo, una conferencia, en el transporte público, una reunión de alguna asociación, o incluso un evento como una celebración de una boda.

En estas reuniones, se forman “corrillos” de personas que se juntan para conversar. ¿Te ha ocurrido alguna vez que una persona se acerca demasiado a ti? Claro que sí, empiezas a moverte despacio para separarte poco a poco de ella. Está invadiendo tu espacio vital, y eso te incomoda.

De hecho, en la próxima reunión en la que estés, te invito a que te fijes en cómo se van desplazando los “corrillos” de personas por la sala, como si tuviesen vida propia. Y como algunas personas retroceden poco a poco para ganar distancia y evitar que alguien invada su espacio vital.

¿Pero por qué ocurre esto? ¿Es que nadie tiene respeto por ti? Lo que ocurre es que no todos tenemos el mismo espacio vital. Aunque la distancia media ronda los 1,20 metros, es diferente para cada persona. Así que si para ti, tu espacio vital es de 1,40 metros, y el de la persona que está hablando contigo es de tan solo 1 metro, te vas a sentir avasallado por ella. Sí o sí.

No es necesario que te hable fuerte o agresivo. Puede ser todo lo amable que se pueda ser contigo, pero está dentro de tu “espacio vital”. Te está invadiendo.

Evita que alguien entre en tu espacio personal. Pero, ¿cómo lograrlo?

Como evitar que alguien entre en tu espacio vital

Evitar que acceda te va resultar complejo, ya que es distinta la distancia para ti, y la otra persona. Mientras tú sientes incomodidad, la otra persona es posible que ni lo note. No sabe que te está incomodando.

Pero sí puedes emplear estas técnicas sencillas para mantener tu espacio vital libre de intrusos. Mantener esa distancia de seguridad libre de personas te generará calma.

Un paso atrás

Sencillo pero efectivo. Un pequeño paso hacia atrás te permite recuperar la distancia que habías perdido de tu espacio personal. Si el agresor no se retira, hazlo tú.

No debe incomodarte retroceder ligeramente. Peor será mantenerte en una situación incómoda, que te generará inferioridad.

Cuando el agresor verbal comienza su ataque, si se encuentra dentro de tu espacio vital, toca retirarse. No mantengas la posición para parecer fuerte. Tu lenguaje corporal te acabará delatando y el agresor sabrá que estás en sus manos.

Sin embargo, no puedes retroceder todo el tiempo. Puedes acabar pegado a una pared o encontrar un obstáculo que te impida retroceder. Si tu agresor “te persigue” y se acerca a pesar de que tú estás retrocediendo, cambia de estrategia. Utiliza barreras.

Utilizando barreras para evitar que el agresor verbal se acerque

Nadie puede acercarse a ti si pones algo entre medias. Cuando el agresor verbal no para de aproximarse, y entra en tu espacio vital, solo te queda interponer obstáculos que le impidan seguir avanzando. O incluso utilizar los ya existentes.

Utiliza una silla, una mesa, etc. Si no tienes una barrera delante, búscala en tu entorno, y ponte detrás de ella con la excusa de coger algún tipo de objeto.

Imagina que estás en el trabajo, y te encuentras de pie fuera, fuera de la mesa de tu escritorio. Si alguien comienza a agredirte verbalmente, y entra en tu espacio vital, puedes ponerte tras el escritorio de tu mesa. Utiliza la excusa de que debes coger algo. Cuando llegues a la posición de tu silla, la mesa estará entre el agresor y tú. Ya no podrá acercarse más a ti, y mantendrás libre tu espacio vital.

Pero al llegar a tu mesa, ¡no te sientes! ¿Te gustaría saber qué hacer entonces?

El más alto gana. Evita quedar en inferioridad

Cuando hablas con alguien con más altura que tú, normalmente te sientes en inferioridad. Esto ocurre por un principio básico de supervivencia del cerebro. Cuanta más alta es la otra persona, tu cerebro pensará que es más fuerte.

Y esto no tiene porqué ser verdad, pero es así. A no ser que conozcas bien a la otra persona, el instinto de supervivencia, que es el que entra en juego cuando entran en tu espacio vital, pensará que cuanto más alto, más fuerte.

Por eso es importante evitar la inferioridad de altura. No puedes ponerte a crecer cuando te interese. Que yo sepa eso lo hace solo el Increíble Hulk, y es un superhéroe de ficción. Pero si puedes “ganar altura” con unos sencillos trucos.

No te quedes sentado

¿Recuerdas cuando te comentaba que después de colocarte detrás de una mesa durante una agresión verbal, no debías sentarte?

Pues es precisamente para que “no pierdas altura”. Si tu agresor está de pie, y tú te sientas ¿quién es la persona más alta? Acabas de dar ventaja a tu agresor.

Por eso, si te encuentras sentado cuando recibes una agresión verbal, trata de levantarte. Gana altura, y aunque no llegues a superar a tu agresor, la distancia será menor. Tú te sentirás con algo menos de desventaja, y tu agresor te verá algo más fuerte.

Utiliza el entorno para ganar altura

Es difícil gritar a alguien más alto que tú.

Si ya estás de pie, busca una escalera fija o escalón cercano en el cual subirte. Ganarás altura. Sí, de forma artificial, pero tendrás más altura que tu agresor.

También puedes invitar al agresor a sentarse. La diferencia de altura es menor cuando hay dos personas sentadas.

O la última opción. Invita al agresor a sentarse y tú… ¡quédate de pie! Ahora sí que tienes el control.


Aprende a mantener la distancia con el agresor verbal. Utiliza obstáculos para evitar que entre en tu espacio vital, y así no perder los nervios. No olvides tampoco revisar la altura respecto del agresor. Cuanto menor sea, menos agresivo será el ataque.

¿Recuerdas alguna situación en que invadieron tu espacio vital? ¿Cómo te comportaste?

Acerca del autor, Patxi Martín

Ingeniero con alma de Psicólogo.
Te ayudo a comunicarte para conectar con las personas y a aprender de forma autónoma y efectiva.
Autor best seller y Conferencista. Fundador de Sherpa Emocional.
En constante aprendizaje. Convencido de que la educación emocional cambiará el mundo.

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