Conocer las horas de estudio necesarias para un adolescente, es una preocupación habitual de los padres. Si nos preguntasen cuanto tiempo pensamos que estudia el adolescente cada día, más del 90% de padres contestaríamos…“poco o muy poco”.
Realmente a los padres nos preocupa este tema, ya que pensamos que puede afectar a su rendimiento, pero sobre todo a sus calificaciones finales.
Sin embargo, no existe un número mínimo recomendable de horas de estudio necesarias, ni siquiera en función del curso que esté realizando.
Además, las personas somos muy diferentes. ¿Te imaginas que alguien comentase que todas las personas deben andar por lo menos 5 kilómetros diarios? ¿seguro que sería lo mismo para una persona joven y en forma, que para un anciano que lleva años sin apenas moverse?
Para las horas de estudio necesarias, se necesita tener en cuenta múltiples variables:
- Distintos estilos de aprendizaje VAK
- Diferentes habilidades y/o conocimientos previos
- Carga de trabajo no uniforme cada día
- Etc.
El cálculo del tiempo de estudio
Calcular, con más de un día de antelación, “cuantas horas” debe estudiar alguien, es una tarea imposible. La estimación del tiempo debe ser diaria, y después de finalizar las clases. Hasta entonces no se conocerá la cantidad de trabajo que deba realizarse ese día.
No tiene sentido que el adolescente esté sentado frente a su mesa de estudio el mismo número de horas cada día, esperando que “pase el tiempo”. Si ha finalizado sus tareas y ha aprendido los conceptos, ¿por qué debe estar hasta cierta hora estudiando?
Sé que muchos contestaría que “para obtener mejores calificaciones”. Pero, imagina que un día debes ducharte y que te dicen que una ducha normal dura 10 minutos. ¿Te quedarías bajo el agua si hubieses terminado en menos de 5 minutos?
Las horas de estudio necesarias cada día no son siempre las mismas
Silvia tenía unos padres que la obligaban a estudiar todos los días hasta las 8 p.m., aunque hubiese finalizado sus estudios antes.
A Silvia le frustraba esta situación, ya que era capaz de realizar sus estudios diarios en tan solo un par de horas. Así que hacía coincidir la finalización de sus tareas con el horario impuesto (8 p.m.)
Lo único que lograban sus padres, con este estricto horario, era fomentar que Silvia retrasase el inicio de sus estudios todos los días. Sabía que hiciese lo que hiciese, no podría salir de su cuarto hasta que no llegase la hora límite.
Se encontraba molesta, ya que no encontraba ningún beneficio para empezar antes. Tampoco para terminar de una manera eficiente antes de la hora establecida.
¿Qué aprendizaje estaba recibiendo? Hiciese lo que hiciese…terminaría a las 8 p.m. ¿para qué esforzarse entonces?
Parece más adecuado premiar al adolescente, permitiendo que haga lo que desee cuando finalice sus estudios diarios. De este modo fomentamos que inicie a una hora temprana y que realice un estudio eficaz, aumentando su autoestima. El adolescente obtiene un beneficio claro, tiempo libre disponible, que podrá emplear en lo que más le guste.
La ventaja de realizar una programación diaria
Uno de los hábitos imprescindibles que debe adquirir el adolescente es la programación diaria de todas y cada una de sus tareas.
Debe ser el propio adolescente quien determine el tiempo que empleará en cada una de ellas. Necesita establecer el tiempo, que “ese día en concreto”, necesitará para estudiar. Esto le permitirá también conocer el tiempo libre que podrá destinar a otro tipo de actividades.
Es importante que sea el mismo quien lo haga solo. De este modo, adquirirá un compromiso y se verá obligado a finalizarlas en el plazo que ha marcado.
Profundizaré en este hábito en próximas entradas del blog, ya que lo considero uno de los pilares básicos para aumentar el rendimiento durante los estudios.
Claro que, primero debemos saber, de cuanto tiempo dispone realmente el adolescente para sus estudios. Y aquí es donde entran en juego las “peligrosas” actividades extra escolares.
En la próxima entrada te comentaré el riesgo de no elegir adecuadamente las actividades extra escolares de nuestros hijos. ¿Te gustaría saberlo? No te pierdas la próxima entrada.