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¿Sabes qué es un estilo de aprendizaje kinestésico VAK o cenestésico ? Quizás necesites antes realizar el ejercicio que propuse en una entrada anterior de este blog para descubrir primero cual es tu estilo de aprendizaje.
Aprende aquí, que se siente al conocer los secretos de este estilo de aprendizaje.
El estilo de aprendizaje kinestésico VAK, es uno de los más desconocidos, y seguramente el peor tratado en el sistema escolar actual.
Un adolescente kinestésico, necesita moverse, tocar, experimentar para aprender, pero… ¿en cuantas clases se permite a los adolescentes moverse libremente mientras explica el profesor?
Fijándonos en detalles del comportamiento de un adolescente, podemos encontrar pistas que nos orienten sobre si es su estilo de aprendizaje kinestésico VAK.
El adolescente con un estilo de aprendizaje kinestésico VAK, captará información a través de las sensaciones su cuerpo y sus movimientos.
El adolescente kinestésico estará inquieto en el aula, tanto en desde le punto de vista mental como físico.
Necesita moverse para aprender, y en la escuela esto no está permitido en muchas materias.
Si le vemos dar paseos mientras trata de estudiar, dejémos que continúe en movimiento. Le resultará más fácil el aprendizaje.
Entre un 30% y un 50% de los adolescentes prefiere un estilo de aprendizaje kinestésico VAK. Aumenta ligeramente este porcentaje si es del sexo masculino.
A pesar de ser un grupo muy numeroso, no se les presta mucha atención en las aulas. De hecho, uno de los motivos principales de castigo es «no estarse quieto». Al adolescente kinestésico le dan ganas de gritar «Si no puedo estarme quieto«.
En la infancia, los profesores enseñaban mediante métodos más kinestésicos. Se les permite a los niños moverse, tocar y experimentar. Pero al llegar a la adolescencia, cambia el modo en que se transmiten los conocimientos, y llegan los problemas.
Necesitará traducir la información que recibe en acciones para poderla recordar. Solo aprenderá matemáticas haciendo problemas, e historia… «haciendo un pequeño teatro». Más tarde veremos algunas estrategias.
Isabel era una niña que provocaba bastantes problemas en el colegio. Sus padres estaban preocupados por su rendimiento, sobre todo en matemáticas. No conseguían que aprendiese algunos conceptos básicos como las fracciones.
Habían probado con varios profesores particulares, pero no conseguían que mejorase sus resultados.
Cuando me entrevisté con Isabel, me dí cuenta que tenía un estilo de aprendizaje kinestésico. No podía estarse quieta, los libros la aburrían y solo se entretenía haciendo algún tipo de trabajo manual.
Apliqué un sencillo truco que consistía en explicar el funcionamiento de las fracciones utilizando números, signos y barras de madera de un antiguo juego que tenía en mi casa, de cuando mis hijas eran más pequeñas.
La enseñé a realizar operaciones básicas con fracciones (suma, resta, multiplicación y división) desplazando los números por la mesa, de un lado a otro.
Cuando finalicé la explicación le puse varios ejercicios que resolvió con rapidez. Al finalizar comentó «Qué fácil es esto…»
Lo realmente interesante del método anterior es que cambié una representación gráfica, que es un número escrito, por algo que podía mover y tocar físicamente. Ahí es donde entró en juego su estilo de aprendizaje kinestésico VAK.
Es conocido que mantener una buena atención en el aula, supone más de un 70% del trabajo que necesita un adolescente para superar una materia.
El adolescente kinestésico, que no puede moverse durante la clase, pierde fácilmente la concentración. Le cuesta mucho seguir una explicación oral del profesor sin ni siquiera tomar apuntes, realizar esquemas o dibujos. No puede quedarse pasivo escuchando o viendo algo.
Hay que facilitar al adolescente kinestésico experiencias que le hagan sentir, en las que pueda tocar y moverse.
El adolescente kinestésico necesita «hacer». Los programas informáticos, o páginas web interactivas como «nuestro cuerpo en un click» o Toporopa, son unos buenos ejemplos.
Es bastante interesante que su profesor conozca que tiene un estilo de aprendizaje kinestésico VAK. La primera ventaja es que entenderá las razones de porqué no puede estarse quieto en el aula. También favorecerá que el profesor busque otros medios o recursos para explicar los mismos conceptos, que ayuden a los adolescentes kinestésicos.
Conozco algún profesor que explica historia, que realiza auténticos teatros dentro de su clase para explicar cualquier hecho. Los adolescentes además de aprender, se divierten, creando interés por esta materia.
Con el estilo de aprendizaje kinestésico VAK, finalizamos la serie de entradas de blog dedicadas los diferentes estilo de aprendizaje.
Si no has tenido oportunidad de leer las entradas anteriores sobre el aprendizaje visual o el auditivo te recomiendo que lo hagas. Pero sobre todo, realizar el ejercicio inicial que propuse en una entrada anterior para detectar el estilo de aprendizaje.
En próximas entrada comentaré algunos aspectos sobre la organización del estudio del adolescente. Una buena gestión del tiempo traerá beneficios tanto para al adolescente como para sus padres.
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