En la anterior entrada de este blog, comprobamos que comunicarse sin que existan las agresiones verbales, es algo difícil en nuestros tiempos. Estamos tan acostumbrados a escucharlas cada día, que nos parece normal utilizarlas.
Sin embargo, cada vez que lo hacemos, dañamos un poco la relación con los demás. Solo hay que prestar atención a las palabras que utilizas.
Muchos conflictos y discusiones comienzan con malos entendidos. No decimos a la otra persona lo que esperamos de ella. Y cuando lo hacemos, exigimos, en lugar de solicitar ayuda.
¿Quieres conocer más sobre como dirigirte a la otra persona para evitar conflictos?
Pide y se te dará.
¿Cuantas discusiones han empezado porque no hacer lo que la otra persona “esperaba que hicieses”?
– ¿Por qué estas enfadada? ¿Pareces molesta? – pregunta el marido
– No has tirado la basura y huele la cocina fatal. – responde su mujer al llegar a casa después de un duro día de trabajo.
– Bueno, ahora me encargo. No me he dado cuenta, podías habérmelo pedido – responde el marido.
– Esas cosas no tengo que pedirlas. Se tienen que hacer… – responde la mujer enfadada.
Las personas se enfadan cuando las cosas no suceden como quieren. Que ocurra algo diferente a lo que esperas, es siempre lo más probable. Si además, ni siquiera comunicas a la otra persona lo que quieres de ella, las probabilidades de que ocurra algo no deseado aumentan exponencialmente.
No te engañes, la mayoría de las personas no son adivinas.
Imagina que tu pareja aparece con 5 folletos de viajes con 5 destinos diferentes para estas vacaciones. Te sientas a ojearlos, y ves uno destino en un playa paradisíaca de México que te encanta. Sol, playa, descanso… Eso es lo que necesitas, descansar.
Tu pareja te ve ojeando todos los folletos y te pregunta
– Te gusta alguno en especial
Como no quieres conflictos, respondes:
– Parecen todos interesantes.
Tu pareja se marcha de la sala, y a los pocos minutos entra de nuevo diciéndote:
– Ya he reservado todo para nuestras vacaciones. Nos vamos a hacer senderismo y escalada a las montañas de Suiza. En esa época del año estarán llenas de nieve. Será fantástico.
Tu cara es todo un poema.
– Otra veza a la montaña? Siempre vamos al mismo sitio, nunca me preguntas..:!!!!
¿Te recuerda esta discusión a algo?
Las personas no manifiestan sus opiniones por miedo a herir a otras personas o por miedo a que se burlen de ellas. Tal vez si hubieses comentado.
– Este año ha sido duro. Necesito descansar. Llevamos varios años que viajamos a la montaña. Me gustaría este año algo de sol y descansar junto a la playa. Necesito tranquilidad.
He escuchado muchas veces a personas decir que el destino de vacaciones nunca lo deciden ellas, sino que siempre decide su pareja. Opinan que tienen poco que hacer al respecto. Yo siempre les pregunto ¿Has probado a comentar tus preferencias?
Su respuesta suele ser “No servirá de nada”.
Expón tus preferencias. Da pistas a la otra persona sobre lo que tú esperas que ocurra. No des por sentado que nada cambiará. No esperes a que la otra persona tome una decisión y después llegue tu enfado, echándola en cara que “no cuenta contigo nunca”.
El poder de la sugerencia evita las agresiones verbales.
Cuando hablamos con otras personas, tanto si les damos consejos, como si queremos manifestar nuestra opinión, utilizamos a menudo los verbos deber y tener.
– Deberías hacer este informe más detallado
– Tienes que tirar la basura
– Debes pasarte a recoger el traje de la Tintorería antes de llegar a casa
– Tienes que terminar los deberes antes de cenar
Los verbos deber y tener implican obligación. Y eso no gusta las personas. Seguro que no te gusta que te obliguen a algo.
De hecho hay personas que opinan que obligarte a hacer algo, es la mejor manera de que no lo hagas. O prohibirte algo, es la manera más eficaz de que termines haciéndolo.
Hay persona que toman decisiones por polaridad. Tú dices blanco, y ella elige negro.
– Cariño, ¿Qué traje me queda mejor, el negro o el azul?
– Opino que como vamos a una cena de gala, te quedará mejor el negro – responde su pareja
– Muy bien, entonces me pondré el gris…
– ??????
Elección por polaridad. Como no se cumple lo que “tú deseas “ que ocurra, te enfadarás.
Es mucho más efectivo sugerir que ordenar. Cuando sugieres algo, parece que le estás dando más libertad a la otra persona para que tome sus propias decisiones.
– Quizás podrías hacer este informe más detallado
– ¿Te importaría tirar la basura?
– ¿Podrías pasarte a recoger el traje de la Tintorería antes de llegar a casa?
– ¿Qué te parece si terminas los deberes antes de cenar?
¿No es lo mismo verdad? ¿Recuerdas la conversación de antes?
– Cariño, ¿Qué traje me queda mejor, el negro o el azul?
– ¿Quizás podrías utilizar el negro, ya que es una cena de gala?
Esto es una sugerencia, no parece una orden. Aun que al final seguro que contestará:
– Tienes razón, aunque me pondré el gris de todos modos, me sienta mejor…
– ¿??????
No siempre se va a hacer lo que tú quieras o propongas. Como siempre decía mi amigo Pablo, “Cuanto antes te des cuenta de ello, más feliz serás”.
Tu comunicación con los demás debe ser clara y respetuosa. Recuerda utilizar las siguientes reglas:
- Pide, y se te dará. No hables, y la otra persona nunca sabrá que es lo que quieres.
- Sugiere en lugar de pedir o exigir. Genera mucha menos fricción en la comunicación y en tus relaciones.
Y no olvides tampoco las sugerencias de la entrada anterior:
- Enfócate en los hechos. Habla siempre desde el “yo”.
- Evita frases o palabras absolutas como “siempre” o “nunca”.