Cómo recibir las críticas sin sentirse mal

mayo

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La clave para recibir las críticas sin sentirse mal, es alejarte de la propia crítica, centrándote solamente en los hechos.

Recibir una crítica no es agradable. Toda crítica cuestiona tu capacidad de hacer las cosas, y este es un factor importante que produce estrés. Pensar que podías haberlo hecho mejor, o que simplemente no sabes hacer algo, te produce nerviosismo y además molesta.

Claro que a veces las críticas, van enmascaradas de agresiones verbales. Cuando el ataque no va dirigido al hecho, sino a ti de forma personal, entramos en un terreno peligroso. Lograr diferenciar una crítica de una simple agresión verbal es fundamental para encajarlas mejor, o simplemente, no hacerlas caso.

Cuando la crítica es personal, enmascara otras intenciones.

A veces realizas un trabajo, que consideras que está muy bien hecho, y comienzas a recibir críticas de una persona. Al principio tratas de tener en consideración sus argumentos, pero cuando ya pone 3 o 4 faltas seguidas… empiezas a pensar “haberlo hecho tu…

Cuando llegan de personas cercanas, con las que tienes un vínculo familiar o de amistad, te dañan más y atacan tu autoestima.

Si te paras a pensar, ese tipo de personas que le “pone faltas a todo”, solo esconde en el fondo la necesidad de destacar ellos mismos. Son capaces de hacer parecer que todo está muy mal hecho, no porque realmente lo esté, sino porque no han sido ellos los realizadores.

Si quieres destacar entre un grupo tienes dos opciones. La primera es hacer cosas significativas y diferentes de los demás. La segunda es tratar de criticar todo y a todos para que el resto no parezcan tan buenos. Vamos, para que parezcas el “menos malo”.

Esta última opción es realmente triste. Y además, tiene los días contados, porque al final este tipo personas acaba criticando a todo el grupo, y el resto deja de prestarle atención.

No te sientas mal

Separa siempre los hechos de los comentarios personales. No es lo mismo que te digan “ese trabajo no te ha quedado bien”, que “eres un chapucero”. El primer comentario va dirigido a algo puntual que has realizado, el segundo es una agresión verbal, y tienes que tratar que no te afecte.

Una técnica que comento en mi nuevo libro ¡Basta Ya! de Agresiones Verbales, es como utilizar una especie de altavoz y repetir la agresión que has recibido en alto. Podrías responder “¿A qué te refieres exactamente con chapucero?

Si el agresor te dice… “Me refiero a que ese detalle del trabajo está equivocado”, entonces acabas de transformar lo que parecía una agresión verbal, en una simple crítica al trabajo. Ya no eres tú, es el trabajo. Céntrate entonces en mejorarlo.

Cuando por el contrario insiste en su ataque personal… “A que no haces nada bien”, ya sabes que es una agresión verbal y que probablemente va a criticar todo porque no se le ocurrió a él hacerlo. Así que olvídate de sus comentarios. Piensa en que estas personas, en el fondo, “dan un poco de pena”.

Acerca del autor, Patxi Martín

Ingeniero con alma de Psicólogo.
Te ayudo a comunicarte para conectar con las personas y a aprender de forma autónoma y efectiva.
Autor best seller y Conferencista. Fundador de Sherpa Emocional.
En constante aprendizaje. Convencido de que la educación emocional cambiará el mundo.

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