La intención de las agresiones verbales no es siempre dañarte. Toda agresión verbal esconde un objetivo oculto.
No es hacerte sentir mal. Simplemente el agresor pretende desestabilizarte, y que entres en modo de estrés.
En este estado, le es más fácil poder manejarte a su antojo. No puedes pensar con claridad, por lo que solo podrás reaccionar a sus provocaciones. Y si reaccionas, no piensas cual es la mejor respuesta.
Pero estas palabras, acaban dañándote más de lo que a veces el agresor busca.
Pero las palabras atraviesan el alma
A pesar de que no sea la intención del agresor, las palabras utilizadas por el agresor verbal provocan un daño en tu interior.
Puedes pensar que una vez ha finalizado el episodio, todo ha terminado. Pero cuando menos te lo esperes, regresará el recuerdo a tu cabeza. Volverá entonces la misma sensación que tuviste cuando se produjo la agresión.
Si además, estas palabras son «lanzadas» por un ser querido, el dolor es mayor.
Solo comprendiendo el verdadero objetivo del agresor, podrás librarte de esta pesada carga. Basta con prestar atención a o que realmente busca, para darte cuenta que en realidad no eres tú.
El objetivo real del agresor no eres tú. Siempre hay algo detrás de cada agresión verbal.
Solo pararte unos segundos y hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Quién realiza la agresión verbal?
- ¿Cómo realiza la agresión? ¿Qué tipo de agresión es?
- ¿Por qué lo hace?
- ¿Cuál es el objetivo “real” del agresor?
Claro, estarás pensando que esto no es fácil. Sobre todo cuando te encuentras sufriendo una agresión verbal. La buena noticia es que con algo de práctica, conseguirás identificar rápidamente lo que busca tu agresor.
En las próximas entradas del blog te pondré un ejemplo para que lo comprendas.
Pero no olvides que «tú, no eres el objetivo«
