El poder del lenguaje corporal en las agresiones verbales

julio

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El poder del lenguaje corporal en las agresiones verbales está subestimado. No se le da mucha importancia. Al utilizar la palabra “verbal” parece que solo debemos fijarnos en las palabras. Pero hay “miradas que matan”, al igual que “miradas que enamoran”.

La importancia del lenguaje en las agresiones verbales radica en cómo se muestra la víctima frente a su agresor. Cuando la imagen que mostramos es de debilidad, su ataque mostrará más seguridad, y agresividad. Se siente fuerte porque piensa que no mostraremos mucha resistencia.

Pero ¿podemos parecer fuertes, a pesar de que nos estén temblando las piernas?

El lenguaje corporal en las agresiones verbales nos avisa de lo que puede ocurrir

Algunos estudios realizados demuestran que en una conversación, las palabras tienen solo un peso del 7% en la comunicación. Mientras la voz llega a un 38%, el lenguaje corporal es el responsable del 55% del impacto a la hora de comunicar algo. Tu lenguaje corporal dice mucho de ti, y de tu posible comportamiento o actitud frente a un adversario.

Imagina que paseas tranquilamente por la calle en plena noche. Accedes a un pequeña calle estrecha, y al final de ella te encuentras con un hombre bajito y delgado, con “cara de pocos amigos” bloqueándote el paso para salir de la calle. Tiene ambos pies plantados en el suelo y te mira fijamente, desafiante.

Como tiene un aspecto sospechoso. Te giras para volver sobre tus pasos, y te encuentras con que en el otro extremo de la calle hay una persona alta, musculosa, de casi 2 metros de altura. Este se encuentra apoyado en la pared, y tiene los hombros caídos, te parece cansado.

Parece que están bloqueando tu salida, o eso es lo que. No hay opción, si quieres salir de allí, tendrás que hacerlo por uno de los dos lados de la calle.

Ninguno de los dos te ha hecho un mal gesto, ni te ha dicho nada, pero están apoyados en la pared, cada uno en una de tus posibles salidas.

El miedo comienza a invadirte, y no sabes que hacer ¿Qué harías?

Quizás hayas pensado, gritar, llamar por tu teléfono móvil, etc. y esperar a ver si alguno de ellos se va… Tal vez no ocurra nada, y solo están allí esperando a otra persona.

¿Tratarías de salir de la calle buscando al hombre pequeño y delgado de mirada segura y desafiante? ¿O buscarías la salida por el lado del hombre de 2 metros de altura con su gran musculatura?

Si te guiases por su corpulencia, aparentemente el hombre pequeño parece más fácil de superar en caso de que tengas que escapar de él. Pero su lenguaje corporal no te dice lo mismo.

Los grandes depredadores como el león o el guepardo, no suelen atacar a las presas más fuertes. Primero, echan un vistazo a sus posibles víctimas para detectar la más débil de todas. Solo entonces inician el ataque.

Engañando al agresor

El agresor verbal, al igual que los depredadores, lee el lenguaje corporal de las posibles víctimas para encontrar la que aparentemente es más débil. Piensa que le opondrá menor resistencia.

Una posición encorvada, con los hombros caídos, le está diciendo al agresor que tú eres la víctima que está buscando. Casi le estás invitando a que vaya a por ti.

Comprueba cómo es tu lenguaje corporal mientras caminas, esperas de pie, estás sentado, etc. Puedes pedir a alguien que te grabe con su teléfono móvil, sin avisarte. Después puedes visualizarlo y comprobar las sensaciones que te transmiten la posición de tu cuerpo. Quizás tu posición corporal, no muestra la seguridad que tu crees.

Prepárate para enfrentarte al agresor. Cuando sepas de antemano que te vas a encontrar con él, tu cuerpo debe mostrar seguridad:

  • Si estás sentado, deber tener la columna recta y tu mirada al frente. Mirar hacia el suelo o encogerte de hombros animará a tu agresor.
  • Si estás caminado, o de pie, es suficiente echar los hombros ligeramente hacia atrás y tratar de elevar el pecho unos centímetros (tan solo 2 cm es suficiente). Este sencillo gesto, no solo te proporciona seguridad, sino que le indica, a tu posible agresor, que “no vas a ser una presa fácil”

Muestra seguridad ante el agresor verbal, mírale de frente, no bajes la mirada ni los hombros. No tienes que decir o hacer nada, solo muéstrate seguro. Se lo pensará antes de atacarte,…no pareces una presa fácil hoy.

¿Te has fijado alguna vez como es tu lenguaje corporal en las agresiones verbales? ¿Y cuando estás sentado o caminas?

Acerca del autor, Patxi Martín

Ingeniero con alma de Psicólogo.
Te ayudo a comunicarte para conectar con las personas y a aprender de forma autónoma y efectiva.
Autor best seller y Conferencista. Fundador de Sherpa Emocional.
En constante aprendizaje. Convencido de que la educación emocional cambiará el mundo.

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