Las habilidades sociales necesarias en la infancia y la adolescencia no se valoran adecuadamente. Estas son un conjunto de pensamientos o comportamientos, que sirven para resolver situaciones de tipo social, en la vida cotidiana.
Existe un buen número de programas formativos para adultos, pero no para niños y adolescentes. Parece como si los más pequeños no estuviesen preparados para ello.
Nos olvidamos que niños y adolescentes son «personas completas«. Es cierto que tienen menos experiencia que los adultos pero ¿acaso no dejan de ser personas con los mismos derechos que el resto?.
Si pensamos que ellos están más indefensos frente al mundo que nosotros los adultos, ¿por qué no enseñarles habilidades sociales necesarias? Precisamente este tipo de conocimientos les llenará «su mochila de vida» de recursos para poder enfrentarse mejor a cualquier situación.
¿Por qué no enseñar habilidades sociales necesarias en la infancia y adolescencia?
Hace unos 8 años tuve la oportunidad de participar en un programa exclusivo de formación para “empleados con elevado potencial de desarrollo” de una gran empresa a nivel nacional. Aquí fue cuando descubrí realmente el mundo de las “Habilidades sociales”, antes desconocido para mí.
Había leído algo sobre este tema con anterioridad, pero nunca había profundizado en el. Esta formación que recibí me dejó “impactado”. Se abría ante mí un nuevo mundo de emociones desconocido. Ahora disponía de recursos y habilidades sociales para enfrentarme a él.
Entonces fue cuando me vino la pregunta a la cabeza. ¿porqué nadie me había explicado esto antes?
Como tenía dos hijas en edad pre adolescente, reflexioné sobre el tipo de educación que reciben nuestros hijos en la escuela. Solamente se centra en la adquisición de “conocimientos académicos”. En ningún momento se tratan las emociones o se enseñan habilidades sociales.
Existen muchos talleres sobre emociones y programas de habilidades sociales para adultos. ¿Por qué no enseñar lo mismo a nuestros hijos a una temprana?
Cuando antes aprendan herramientas prácticas que les ayuden a enfrentarse a los grandes retos de esta vida, antes podrán ponerlas en práctica y perfeccionarlas.
Con estos conocimientos, lograrán una mayor seguridad y aumento de su autoestima. Lo que dará lugar a una mejora de sus relaciones personales y sociales.
¿De verdad esperarías a que tus hijos aprendan estas habilidades cuando sean adultos?