Otra vez de nuevo los estudios del adolescente vuelven a ser un quebradero de cabeza para nosotros los padres, porque no sabemos como conseguir que estudie solo.
Queremos que sea capaz de hacerlo sin nuestra ayuda pero… debemos estar encima para comprobar que está estudiando. Nos sentamos a su lado para explicarle algunos conceptos que no entiende, y a veces hasta le ayudamos con sus tareas diarias.
No tenemos tiempo libre, ni el adolescente ni nosotros.
¿Te identificas con esta situación?
Nuestro principal deseo como padres es que nuestros hijos sean felices. Pensamos que unos buenos estudios van a permitirles que tengan muchas más opciones a la hora de elegir en un futuro, aunque esto no sea garantía absoluta de felicidad.
En la escuela se debería tener como máxima prioridad el que el adolescente “aprenda a aprender”, aunque el sistema educativo actual no lo favorece. No parece lógico que después de pasar varias horas todos los días en el aula, debamos ser nosotros, sus padres, los que tengamos que explicarle de nuevo algunos contenidos. Es como llegar a casa después de trabajar y tener que realizar de nuevo el trabajo que ya habíamos hecho durante ese mismo día. Algo está fallando en el sistema educativo.
¿Por qué es importante que aprenda de forma autónoma?
El mundo cambia tan deprisa que necesitamos aprender nuevos conceptos y buscar nuevas soluciones cada día. No podemos esperar a que venga alguien a enseñarnos a hacer las cosas. De ahí la importancia de que el adolescente aprenda de forma autónoma, ya que tendrá que enfrentarse en un futuro al reto del aprendizaje diario. Las organizaciones no estarán preparadas para formar a las personas a la misma velocidad a la que el mundo cambia.
El síndrome del “adolescente dependiente”
Cada vez somos más padres quienes pensamos que hemos cometido el error de apoyar a nuestros hijos, durante sus estudios, en exceso, en especial cuando eran más pequeños. Esto los ha llevado a que sean “dependientes”, en lugar de ser autónomos. Sentarse a su lado mientras estudiaban, ha provocado que seamos una referencia permanente durante su estudio. Ahora cuando son adolescentes, no quieren perder esta vinculación con nosotros.
Debemos tratar al adolescente como lo que es, “una persona”. No está incompleta, sino que necesita madurar, adquirir conocimientos y experiencias para enfrentarse al mundo. Necesita tener cierta autonomía en sus decisiones diarias, incluido su método de estudio y la propia gestión de su tiempo.
Hazte las siguientes preguntas y contesta con sinceridad
- ¿Tienes que estar pendiente del adolescente para que inicie los estudios diarios?
- ¿Te solicita de forma continua ayuda para comprender conceptos o cuando se enfrenta a un problema?
- ¿Te encuentras en la misma sala que el adolescente, o te sientas a su lado mientras está estudiando?
- ¿Compruebas diariamente que haya estudiado las materias necesarias?
Si has contestado afirmativamente a todas las preguntas o a la mayoría de ellas, tienes en tu casa un «adolescente dependiente”. Le estás facilitando ayuda permanente en sus estudios diarios, aunque no seas consciente de ello.
Aún estamos a tiempo de cambiar, ya que es ahora, durante la adolescencia, cuando más autonomía desean demostrar. Ahora es cuando más colaboración encontraremos por su parte para lograr el objetivo de que aprenda de forma autónoma.
Se debe buscar ser autónomo en lo importante y dependiente en lo trivial
-Jorge González Moore (escritor e ingeniero colombiano)-
¿Cuáles son las mayores dificultades para aprender de forma autónoma?
Una de las barreras más importantes a las que se enfrenta el adolescente para lograr un aprendizaje autónomo es la sobreprotección de los padres. En las primeras etapas de la escuela, profesores y padres, realizábamos esquemas simplificando la información que debían aprender. Esto ha hecho que se vuelvan dependientes.
Un segundo factor es la reducción del apoyo prestado por el profesorado, que ya no es el mismo que cuando eran más pequeños. Esto explica el por qué algunos adolescentes, que habían obtenido buenas calificaciones cuando eran más pequeños, comienzan a tener problemas al llegar a la adolescencia. No es que se vuelvan más vagos o pierdan el interés, simplemente es que necesitan aprender de forma más autónoma a como lo hacían antes. Ahora el profesorado deja de darle la información resumida y esquematizada, y debe ser él quien ahora realice este trabajo.
Un tercer factor son algunos problemas de comprensión lectora que hacen que les cueste procesar la información de forma correcta. No se ha fomentado suficientemente el hábito de la lectura. Los adolescentes consumen información muy resumida a través de mensajería instantánea (whatsapp, messenger, etc.) y con un lenguaje muy básico. Cuando tratan de leer un texto hay muchas palabras que no comprenden y ni siquiera las buscan en un diccionario.
Pero sin duda, el elemento clave es identificar su estilo de aprendizaje (auditivo, visual o kinestésico). Hay que encontrar el estilo en el cual el adolescente es capaz de captar y retener más información durante más tiempo.
Nos dirigimos a un futuro muy próximo en el que el aprendizaje autónomo será tan valorado como el propio conocimiento
–Patxi Martín Valencia–
¿Cuáles son los beneficios del aprendizaje autónomo?
Beneficios para el adolescente
Además de los beneficios estrictamente académicos, con el aprendizaje autónomo el adolescente logrará:
- Aumento de Autoestima. Comprueba por sí mismo, que es capaz de aprender sin la ayuda permanente de nosotros.
- Más tiempo libre. Gestionando su propio tiempo de estudio, ya no terminará sus tareas a altas horas de la noche. Conseguirá ahora más tiempo libre para dedicarlo a las cosas que más le gustan.
Beneficios para los padres
El beneficio más directo es el de disponer de más tiempo libre. Antes debíamos estar controlando su actividad para ver si estaba estudiando o físicamente nos sentábamos a su lado para que finalizase las tareas El tiempo que antes utilizábamos para acompañar al adolescente durante sus estudios, volvemos a recuperarlo para nuestro propio uso.
El entorno familiar también se beneficia indirectamente. El adolescente se planifica y realizará las cosas de forma más ordenada. Este orden le traerá tranquilidad y sensación de seguridad. Se mostrará más tranquilo y calmado, existiendo una mejor comunicación entre nosotros. Se generará un clima familiar con una mayor armonía, reduciéndose la probabilidad de conflictos.
Cuando el adolescente, mediante un aprendizaje autónomo, obtiene buenos resultados, los padres obtenemos un sentimiento de orgullo y satisfacción. Este se transformará en gestos de cariño y comprensión hacia el adolescente. Esta actitud, hará que se sienta protegido por el entorno familiar, cubriendo su necesidad de seguridad y aumentando así su autoestima.
No hay mejor apoyo para el adolescente en su aprendizaje que ayudarle a ser autónomo
–Patxi Martín Valencia–